Anoche, después de casi tres meses de espera, de la hecatombe en los locales de conciertos de Madrid, después de fin de año y la gran nevada, después de que hasta yo sea otra... por fin, Iván Ferreiro pudo dar el concierto de su gira Mentiroso, Mentiroso en la capital.
La cita fue en el palacio de Vistalegre, un recinto quizás demasiado grande y frío para un concierto que merecía un trato más íntimo. Eso sin contar que a pesar de que el montaje de la sala era correcto, se notaba que aquel show no estaba hecho para ese escenario. Fue una pena, por ejemplo, que los comics y demás visuales hechos para cada canción no se pudieran ver del todo bien por proyectarse en una pantalla de leds poco apropiada para una escenografía pensada para una sala más pequeña.
A pesar de todo, Iván y su banda fueron allí a resarcirse, a darlo todo y a comulgar de nuevo con sus pacientes, pacientes fans. A ritmo, de (oh?!!) la sintonía de la serie Padre de Familia, saltó la banda al escenario ante un público entregado dispuesto a disfrutar del un momento tan literalmente esperado. Durante más de dos horas Iván se movió por el escenario como un pequeño animal, a veces herido, a veces provocador y otras divertido. El sonido denso de canciones como Más de una vez o Canción húmeda y su voz penetrante consiguieron transportarnos su terreno.
Sin embargo, algún que otro fallo de sonido y que, como ya os he dicho, el palacio no era el lugar más adecuado para algunas de sus canciones más intimistas, hicieron que en algunos momentos el público se enfriara un poco, ante lo cual Iván repetía que tanta gente a la vez le ponían algo nervioso, acto seguido el espectáculo continuaba, y otra vez su grupo de adeptos se entregaba al oír Estrella de la Muerte o el Viaje de Chihiro.
A medida que la noche avanzaba, la gente no paraba de pedir la ya hartante Años 80, a lo cual Iván trato salir del paso cantando una canción llamada Años 90 y haciendo una versión al piano de Promesas que no valen nada, que, al menos a mí, me hicieron dejar de “necesitar” la manida Años 80.
Para terminar unos cuantos bises, a los que pusieron el colofón la hermosa Tristeza, en la que se echó de menos a la China Patino dando la réplica, para que un concierto tan esperado se convirtiera en inolvidable,
P.D: NOTA AL CAMARERO CHUNGO Y A LA ORGANIZACIÓN DEL PALACIO DE VISTALEGRE
A la Organización:
No se pueden poner dos minibarras para un recinto tan grande
No se pueden poner camareros que parecían estar colocados de Trankimazin en dos minibarras para un recinto tan grande.
No se pueden poner grifos de cerveza que van a dos por hora con dos minibarras en las que sirven camareros puestos de Trankimazin para un recinto tan grande.
Pooor quee... el resultado de todo ello es que ME PERDÍ LOS 15 PRIMEROS MINUTOS DE CONCIERTO DESPUÉS DE ESTAR SUFRIENDO UNA AGLOMERACIÓN DE GENTE DURANTE 40 MINUTOS Y TODO PARA QUE ME PUSIERAN UNA PUTA CERVEZA.
Al camarero chungo:
Tío, no se puede ir a poner copas a un concierto habiéndote puesto de Trankimazin.
Si estás esperando a que tu compañero te llene un mini de cerveza durante 2 minutos, y ves que la gente se impacienta, por tu integridad, no te quedes esperando y al menos ve llenando vasos con hielo.
Si la gente se cabrea y quiere lincharte, no discutas con ellos, pon copas y punto y todos seremos felices.
Si la gente se cabrea y te quiere linchar, no pongan a hacer bromas sobre si tu ron de garrafón de mierda es de Cuba o no.
Pooor quee... el resultado de todo ello es que ME PERDÍ LOS 15 PRIMEROS MINUTOS DE CONCIERTO DESPUÉS DE ESTAR SUFRIENDO UNA AGLOMERACIÓN DE GENTE DURANTE 40 MINUTOS Y ESTAR A PUNTO DE CONVERTIRME EN PSICOKILLER Y TODO PARA QUE ME PUSIERAN UNA PUTA CERVEZA.
